Cómo se realiza la caza

Cuando un barco avista una manada de calderones comunes, éste señala el avistamiento a otros. Entonces, muchos barcos se juntan para arrear la manada a una bahía.

Los calderones comunes suelen ser avistados por casualidad cerca del archipiélago por algún pescador o un viajero en uno de los ferris que conectan las islas. En nuestras épocas, los barcos informan del avistamiento por teléfono o radio inalámbrica.  En antaño, la buena nueva se propagaba de pueblo en pueblo mediante gritos o señales de humo.

Es primordial que suficientes barcos lleguen a la manada para poder empezar a arrearla. Las naves forman un semicírculo detrás de los cetáceos y los arrean, siguiendo las corrientes marinas, a la bahía más adecuada para su varamiento.

En las Islas Feroe existen 23 bahías balleneras autorizadas. El jefe de la policía local tiene que dar su visto bueno antes de que se pueda proceder a varar la manada. Si el jefe de policía lo autoriza, el capataz de la caza decide qué bahía es la más propicia.

La tradición manda que el barco que encuentre la manada reciba un calderón común como recompensa. Claro, no se puede reclamar este premio hasta que se haya completado la faena.

Cuando se hayan varado los calderones comunes, se les sacrifica. Demora pocos segundos matar a cada animal y la manada entera suele morir en menos de diez minutos.

La caza de calderones comunes en las Islas Feroe se ve, por su formato mismo, dramática y sangrienta. Ya que se matan manadas enteras de calderones comunes en la orilla del mar o bahías poco hondas, es natural que el agua se llene de sangre.